“Aviso a los puristas” (Purists Beware) así titulaba Chase Jarvis una entrada en su blog. Era una entrada muy corta pero muy ilustrativa sobre como los puristas siempre consideran que ahora somos todos unos “tramposos” por tener herramientas como Photoshop y “antaño” los grandes maestros no tenían dichos medios; algunos van más lejos y afirman que los grandes maestros no tenían si quiera la predisposición de hacerlo.
Con una simple fotografía de Richard Avedon desmonta todas estas teorías absurdas.
Antes de continuar, me gustaría hacer una pequeña aclaración y es que esta entrada no es ni de lejos un “ensalzamiento del retoque y Photoshop”. Simplemente intenta poner en perspectiva ciertas afirmaciones y desmentir algunas falacias que abundan mucho desde que la fotografía empezó a retocarse de forma digital.
En dicha fotografía (la cual encabeza esta entrada) muestra las anotaciones realizadas por Avedon sobre una de sus propias imágenes para que su laboratorio revelara de nuevo la fotografía siguiendo dichas indicaciones. Como se puede apreciar se trata de unas minuciosas instrucciones para la exposición del retrato. Una vez realizado el revelado de la fotografía, seguramente volviese al laboratorio con una nueva serie de ajustes más finos, hasta conseguir el resultado exacto que buscaba Avedon.
Los que han visto “The War Photographer“, un documental sobre James Nachtwey, lo han visto hacer en el laboratorio. Para los que no lo han visto, muy recomendable. Siguiendo un poco más hacia atrás nos encontramos con el movimiento surrealista y, por poner sólo un ejemplo, Man Ray. Como se puede apreciar en algunas de las fotografías que podemos ver siguiendo ese enlace, los surrealistas no se “conformaban” con meros ajustes de exposición para crear sus imágenes, eran elaborados montajes fotográficos.
No mucho más atrás en el tiempo nos encontramos con los que seguramente puedan ser considerados los Grandes Maestros del retoque fotográfico de toda la historia: la maquina propagandística soviética. Durante esta época se dieron multitud de manipulaciones para borrar de las fotos a personajes que dejaron de estar en gracia con el régimen o para ofrecer visiones más glamorosas o gloriosas de fotografías que no eran especialmente favorables. Por último quiero hablar de Ansel Adams, inventor del Sistema de Zonas y precursor de ajustes como el que veíamos de Avedon al principio.
“El Sistema de Zonas proporciona al fotógrafo un método sistemático para definir con precisión la relación entre la manera en la que ve el sujeto fotográfico y el resultado que alcanzará el trabajo.”
Usando el Sistema de Zonas (que por cierto, no es tan complicado como parece) realizaremos una exposición “adecuada para las distintas áreas” del encuadre lo cual luego permite no solo una excelente base de partida para obtener una imagen final debidamente expuesta si no que además permite realizar unos ajustes muy precisos durante el revelado para mejorar así el resultado final. El Sistema de Zonas maximiza también el rango dinámico de nuestra fotografía, independientemente de que nuestro dispositivo de captura sea un sensor electrónico, un trozo de película o una placa de vidrio.
Antes de terminar no quiero dejar de mencionar esta entrada en microsiervos acerca de la fotografía y el retoque en 1906. Sobre todo, dos citas que claramente nos muestran que no hay nada nuevo bajo el sol:
Retoque – Retocar retratos es una operación delicadísima, de la cual no conviene abusar. Se evitará ante todo borrar completamente las arrugas y demás defectos naturales, si no se quiere hacer desaparecer toda semejanza entre la copia y el original. Debe conservarse el carácter de cada fisionomía […] Se buscará solamente una atenuación general de las sombras reproducidas, que la fotografía exagera casi siempre, sin suprimir por entero más que los pequeños defectos de la piel (pecas, etc.) […] Paisajes – En ocasiones, el cielo es el único punto defectuoso. Si se desea que presente un aspecto de nubes y muéstrese demasiado transparente para que en el tiraje el papel no quede blanco en esa parte, se le cubre por entero de un papel negro […] los arañazos que deje el papel desnudo serán tapados con tinta china […]
Si hay contrastes bruscos, un interior, por ejemplo, con columnas blancas y sombras espesas, reducirá la porporción de ácido pirogálico […] si los contrastes son naturalmente débiles, debe aumentar sin cuidado la proporción de todas las substancias, especialmente del ácido pirogálico y el bromuro. Si hubo exceso de exposición […] refuércese la dosis de bromuro. [Si] la expoisción fue corta, se incorpora al revelador una nueva dosis de amoníaco. Con el revelador de oxalato de hierro también puede corregirse mucho la falta y exceso de exposición.
Resumiendo: con la llegada de “lo digital” y “el Photoshop” lo único que ha cambiado realmente es la forma en la que se trabaja con la fotografía (lo cual no quita para que nuestra meta como fotógrafos sea obtener la mejor fotografía posible en la cámara).
Así que la próxima vez que oigamos a alguien decir que “lo digital” pervierte o desvirtúa la Fotografía, debemos señalarle que repase la historia de la fotografía antes de seguir poniendose en evidencia.